El Banco Mundial pone a la economía de Chile como ejemplo a seguir. El actual gobierno argentino ha ponderado repetidas veces su política y ha resaltado sus logros. ¿Es realmente un país modelo? Presentamos algunos datos que revelan que detrás de las mejoras estadísticas se esconde una de las sociedades más excluyentes del mundo. Aquí las cifras.
Entre 1990 y 2015, las reformas económicas de Chile consiguieron que ese país crezca a un promedio del 5% anual. Estadísticamente esto lo convierte en una de las naciones Latinoamericanas que mayor impulso tomó en el último cuarto de siglo.
Ese crecimiento no vino acompañado de una mejor distribución de la riqueza. El 1% más rico recibe el 32,8% de los ingresos totales. Si se toma de una forma más amplia, el 20% de mayores ingresos concentra el 72% de la riqueza del país. Esto convierte a Chile en uno de los países más desiguales del mundo. Figura en el puesto 14 a nivel mundial, está entre os 6 más desiguales de Latinoamérica y es el país más desigual de los 34 que forman la OCDE.
Otro aspecto que se destaca es que entre 1990 y 2015 logró reducir la pobreza del 40% de la población al 15%. No obstante, las estadísticas oficiales reconocen que el 50% de los trabajadores gana salarios que no cubren la línea de pobreza. Una situación que queda enmascarada porque la mayoría de los hogares tiene dos ingresos y alcanzan a superar la línea de pobreza por un pequeño margen.
Un dato que sirve para clarificar ésta relatividad estadística es que entre el 20% más pobre de la población, el 83 por ciento de los hogares tiene “riqueza negativa” dado que sus deudas son mayores que sus ingresos.
Según la CEPAL, Chile es uno de los países líderes en llegada de Inversiones Extranjeras Directas (IED) en Latinoamérica. Pero esa ventaja no genera empleo. Por cada millón de dólares que ingresa a la economía chilena solo se crea 1,8 puestos de trabajo.
Chile figura en las estadísticas mundiales como un país con Índice de Desarrollo Humano (IDH) “muy alto”. Sin embargo, una investigación realizada por pedido del Ministerio de Trabajo chileno, en 2013, determinó que si se tomara en cuenta la desigualdad que existe, Chile retrocedería 10 puestos en el ranking.
La OCDE determinó que el sistema universitario chileno es el segundo más caro del mundo, después de los Estados Unidos. Su calidad de enseñanza está considerada por debajo de otros países latinoamericanos como la Argentina.
Los datos de la nota surgen del PNUD, la ONU, CEPAL, Banco Mundial, Encuesta Financiera de Hogares del Banco Central de Chile y Encuesta CASEN.