EL PLAN
En nuestro querido país y en este ya largo período de conducciones políticas endebles, todos – a derecha y a izquierda – tenemos claro que hemos tocado fondo en cuanto a calidad institucional.
Del fondo solo se puede rebotar.
La ridícula pero a la vez terrible rapiña nos moja la oreja con propuestas económicas refundacionales, copiadas de manuales apolillados y de intentos ya fracasados. El deterioro de la calidad de conducción política en todos los frentes, que ha sido causa y a su vez consecuencia de decisiones populares equivocadas, permite que esta sin razón se prolongue y hasta se discutan supuestos matices e hipotéticas viabilidades.
Aquellos que mantenemos un sentido de pertenencia popular, que sabemos que solo el pueblo salvará al pueblo, que creemos a pie juntillas que el único esfuerzo válido es el que procura pensar y construir un futuro mejor para todos y todas, hemos quedado no obstante, hace tiempo, entrampados en este deterioro, como conjunto político y social.
El resultado más doloroso y a la vez peligroso de esa trampa emerge a la superficie cuando se plantea la necesidad de tener propuestas concretas de gobierno a pesar que no se gobierne, atentos al previsible colapso de la presente experiencia de ciencia ficción y a la obvia necesidad de fundamentar el rumbo deseado de cara a los compatriotas.
Allí aparecen diversas facetas de nuestra fragilidad.
- Admitimos premisas y metas falsas de la derecha y nos esforzamos en demostrar que nosotros las podríamos alcanzar sin someter al pueblo al esfuerzo que ella reclama. El ejemplo típico es el déficit cero, que sin negar la necesidad de una gestión eficiente, no puede ni debe convertirse en el tótem a adorar y ante el cual sacrificar a millones de argentinos.
- Negamos que la falta estructural y permanente de divisas es consecuencia de la extranjerización neocolonial de nuestro sistema productivo, lo cual permite convertir en pecado la regulación del flujo – admitimos llamarla cepo – y posterga o anula cualquier intento siquiera de razonar qué debe cambiar para eliminar esta restricción.
- Como corolario de lo anterior, pretende ser bandera popular la fuga hacia adelante, aumentando al mayor ritmo posible la explotación de nuestros recursos naturales, por capitales de cualquier origen, con el único propósito de generar saldos comerciales positivos, que compensen los actuales egresos evitables.
Como resultado de todo eso, el eje de nuestras propuestas termina siendo el mismo que el de la derecha, solo que buscando los vericuetos para mejorar la calidad de vida de los que menos tienen.
No es de extrañar que nos vaya mal, de esta manera.
No solo evitamos los diagnósticos estructurales, de los cuales habitualmente se deducen desafíos más profundos que los simples cambios de timón.
Aún más importante que eso: nos adherimos a la teoría del derrame, “natural” o inducido, pero derrame al fin. De tal modo, no nos resulta imprescindible formular políticas orientadas a mejorar de manera permanente la condición de vida de los hoy postergados. Solo se nos ocurren medidas aliviadoras, compensadoras vía ingresos, nunca constructoras de auténtica democracia económica, que sean reales opciones de liberación de la capacidad productiva de nuestra gente.
Ya no hay más tiempo. Ya no podemos reiterar planteos tan livianos, en que la mejora de una gran fracción de la población dependería de quienes han sido la causa de su deterioro previo.
Un plan de gobierno popular debe tener acciones claras y rotundas para eliminar la inflación monetaria y también la especulativa.
Debe también contar con capítulos productivos para fortalecer las cadenas de valor tradicionales y desarrollar las nuevas, aumentando la agregación de valor en las exportaciones.
Pero en paralelo con eso, debe tener un diseño sin voluntarismo de una producción social que atienda las necesidades básicas de la población, que no nos haga depender de los precios internacionales de aquello que producimos, para poder comer, vestirnos o cubrir cada una de las facetas de la vida cotidiana; que busque asegurar trabajo digno y permanente para todos y todas.
Las tres facetas deben interactuar sin subordinación de una respecto de la otra, no solo para ser consideradas parte de un plan de gobierno popular, sino como simple condición de éxito. Ninguna puede concretarse y prolongarse en el tiempo sin las otras dos.
Lo antedicho debería ser parte del sentido común de la militancia nacional. Sin duda, hoy no lo es.
Discutamos, entonces.
Enrique M. Martínez
4.3.24
Jorge Núñez
Totalmente de acuerdo con Enrique, y tal como lo expresó en el programa del pasado sábado de Eduardo Aliverti, es necesario diseñar «…sin voluntarismo de una producción social que atienda las necesidades básicas de la población…» Las organizaciones sociales tienen que relacionarse entre sí para desarrollar emprendimientos productivos regionales, que abastezcan a la población de productos -fundamentalmente alimenticios-, para lo cual es imprescindible realizar un mapeo de recursos disponibles y organizar la producción y la distribución. Coincido con Enrique en que hay que superar la fase del reclamo para pasar a la autogestión integral; no es de un día para el otro, pero las organizaciones sociales tienen que concientizarse de que, mientras dure el proceso destructivo que Milei lleva adelante, hay que evitar que se produzcan desastres sociales irreversibles, como es la muerte por desatención, la desnutrición infantil, etc.
Héctor Thompson
La RIQUEZA está en el TERRITORIO; la RIQUEZA se traduce en DINERO, se ejerce el PODER con ese DINERO. Por eso los gobernadores del TERRITORIO emitirán DINERO mejor contra el PODER de las 40 manzanas
AL «NO HAY PLATA» del gobierno OPONDREMOS EL DINERO DE GESELL PROVINCIAL IGUAL AL PESO ARGENTINO Y SI DOLARIZAN. Dinero de Gesell IGUAL AL DOLAR
Punto de vista a usar para ver el cuadro político nacional: Territorialmente el proyecto nacional y popular tiene una representación superior a la de las 40 manzanas donde solo se maneja bimonetarismo.
El manejo arbitrario del dinero que se hace en las 40 manzanas puede ser compensado por el uso del dinero de Gesell en nuestros territorios (con la aproximación inicial de Quintela en La Rioja)
Para que la inmensa riqueza argentina llegue a los bolsillos de todes se puede disponer de un dinero mejor que el dólar En la transición será un dinero de Gesell –> ver «Milagro de Worlg» youtube