EL 41% DE LAS FAMILIAS DE LYON ELIGE COMPRAR SEMANALMENTE A CADENAS CORTAS QUE ACERCAN A PRODUCTORES Y CONSUMIDORES

La región francesa de Ródano, cuya capital es Lyon, se ha convertido en un polo de desarrollo de pequeños productores a partir de un cambio de hábitos de los consumidores, que desconfían de los alimentos industrializados y buscan consumos que consideran más éticos. Según el diario Le progres, unas 12 mil granjas de la región participan de estos sistemas de compras directas al productor.

La cifra surge de una encuesta realizada a consumidores por la Cámara de Comercio e Industria de Lyon y determino también la preferencia por productos locales, que en el rubro alimentos alcanza al 6.7% promedio, contra el 5% del resto de Francia. El 44% compra en mercados específicos de pequeños productores y un 27% lo hace en asociaciones para el mantenimiento de la agricultura campesina, locales de productores y cooperativas.

La creciente demanda de productos de pequeños productores en la región ha generado proyectos colectivos como el Supermercado Cooperativo Demain (Mañana), que planea «hacer accesible un alimento de calidad al mayor número posible de consumidores, reducir el envasado y el desperdicio de alimentos, centrarse en los cortocircuitos y los productos ecológicos”.  La cooperativa está formada por 700 socios, que abrirán el local en septiembre. Los miembros de la asociación invierten 100 euros y se comprometen a realizar 3 horas mensuales de tareas voluntarias para recibir productos, encargarlos, atender las cajas y otras tareas de logística y gerenciamiento. A cambio obtiene productos a precios cuyo costo es entre un 10 y un 40% menor que el de los mercados convencionales.

Jaques Mathé, economista de la Universidad de Poitiers, asegura que «La tendencia es profunda y no se detendrá. La demanda es aún mayor que la oferta. Cuando se habla de circuitos cortos, también se refiere a la producción local. El momento clave fue la crisis de las vacas locas en 1996; fue el primer acontecimiento gastronómico en el que la gente pensó que lo que había en su plato podría enviarlos al hospital. Para algunos de ellos, la lógica era querer saber de dónde venían sus alimentos. La financiación de las autoridades locales durante veinte o treinta años ha tenido un efecto estructurador en las cadenas cortas. »

En la anterior encuesta, realizada en 2012, el consumo en cadenas cortas de comercialización alcanzaba a un 24% de las familias de Lyon.


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