El canciller laborista en las sombras, John McDonell, anunció que su partido planea modificar la legislación para que las grandes empresas transfieran un Fondo de Propiedad a sus trabajadores que será administrado colectivamente y les dará derecho a opinar sobre la política empresaria como al resto de los accionistas.
Si el proyecto laborista de coparticipar a los trabajadores en las ganancias de las grandes empresas de Gran Bretaña prospera, unos 11 millones de trabajadores recibirán los beneficios de ser accionistas y cobrar dividendos.
El líder de esa fuerza política, Jeremy Corbyn, de origen sindical, explicó: «Nos proponemos otorgar a la fuerza laboral de todas las grandes empresas del Reino Unido el derecho a elegir un tercio de los puestos en el consejo, dando a los empleados una voz genuina y una participación, cambiando el equilibrio en el trabajo en favor de los creadores de riqueza para mejorar tanto la toma de decisiones como la productividad en el proceso”.
El partido también promete que si llega al poder establecería una unidad de propiedad pública y comunitaria estatal. Ese organismo aseguraría que el agua, la energía y el ferrocarril sean administrados atendiendo las necesidades sociales, según la propuesta que presentó McDonnell. Otra de las ideas comunitarias de los laboristas es la creación de escuelas cooperativas para que las comunidades participen activamente en el proceso educativo.
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