El Estado que recibió Cambiemos

En tiempos de tanta simplificación mediática, donde todo se reduce a enarbolar y repetir hasta el aburrimiento algunas pocas consignas, es necesario darse un tiempo para interpretar tal bombardeo.

La herencia recibida. No nos dicen qué es en detalle, pero se puede entender que no es la desocupación, mucho menor que la de 2003; no son salarios reales bajos, porque eran superiores a los de 2001; no es ninguna variable asociada directamente a la calidad de vida ciudadana. Tampoco es la presión de la deuda externa, ya que nadie desmiente que el nivel de obligaciones es el menor desde el comienzo de la democracia.

Aparentemente es la condición del Estado, que mostraría una situación económica o financiera cercana a la quiebra – si los gobiernos quebraran – y por lo tanto, anunciaría grandes males inflacionarios, desaparición de las reservas de divisas y pestes similares.

Para dar algo de luz al tema, vale la pena agrupar algunos números del presupuesto nacional consolidado (Nación más provincias), de los años en que hubo transferencia de gobierno desde 1983. Ver qué recibió cada uno.

La información siguiente está en la página de la Asociación Argentina de Presupuesto y Administración Financiera Pública (www.asap.org.ar). El año más reciente disponible es 2013, porque para 2014 sólo se dispone de las cifras nacionales y no de parte de algunas provincias y para 2015 no hay resultados finales.

Se presentan los valores con relación al Producto Bruto Interno en %, indicando: egresos corrientes totales; superávit o déficit primario, esto es: con relación a los ingresos corrientes; superávit o déficit incluyendo intereses, lo que se conoce como balance financiero. Luego he seleccionado dos datos clave: Las transferencias a particulares, que incluyen subsidios de cualquier tipo a los más desventajados y las inversiones públicas. Estos dos conceptos marcan en buena medida la orientación política de un gobierno.

Veamos:

 

 

Año   Egresos  Saldo primario Saldo financiero Transf.  Invers.  Transf + Invers.

83       26.21              -6.41               -10.38                  6.34          6.30    12.64

89       26.01              -3.66               –  7.81                   6.77          4.99    11.76

99       28.46              -1.11               –  4.51                   5.32          2.30       7.62

01       30.65              -1.96               –  7.03                   5.79          1.44       7.23

03       25.16               3.95                 1.59                   6.61          1.51       8.12

07       31.66                3.21                 0.77                   7.45          4.26      11.71

13       37.72              -0.93               –  2.45                   9.21         4.70       13.91

Algunas conclusiones que se desprenden de esos números:

. Las situaciones financieras del Estado entregado por los gobiernos del Proceso, Alfonsín, Menem y De La Rúa, fueron claramente peores que las que dejó el kirchnerismo.

. El gobierno de Duhalde entregó un Estado con superávit financiero, apoyado en la suspensión de pagos externos y en la muy baja inversión pública.

. El gobierno de Néstor Kirchner pudo mantener el superávit primario y el financiero a pesar de aumentar las transferencias a diversos sectores sociales y aumentar casi 200% la inversión pública en proporción al PBI.

. El gobierno de Cristina Kirchner, finalmente, volvió al déficit – se reitera: mucho menor que todos los gobiernos anteriores al 2001 – debido esencialmente a que las transferencias a particulares, sumadas a las inversiones, representaron la mayor proporción del PBI desde la recuperación de la democracia.

Este hecho es un dato, no es en sí mismo un mérito o un demérito. Confirma el límite estructural al que se enfrenta un gobierno con vocación popular si quiere mejorar la condición de los más humildes casi exclusivamente ampliando el Estado de bienestar, sin tocar la estructura productiva.

El desafío que se presentaba en diciembre de 2015 era reducir las transferencias a particulares, generando trabajo, lo cual lleva necesariamente a ocuparse de una amplia gama de temas, que va desde la agricultura familiar hasta corregir la debilidad de varias cadenas de valor a consecuencia que están hegemonizadas por corporaciones multinacionales.

Esa era y es la tarea. En lugar de eso Cambiemos elige el perverso camino de cerrar las cuentas reduciendo brutalmente los subsidios. Además, apela a reducir funciones estatales despidiendo centenas de miles de personas. Busca de ese modo generar los recursos que cedió de un plumazo a los exportadores agropecuarios y mineros.

En consecuencia y para ser claro: El Estado de bienestar llegó a un límite. Había que superarlo, con intenso trabajo en varios frentes. Cambiemos corta camino: elimina funciones públicas, argumentando desastres e ineficiencias que no es posible fundamentar en un solo número de la historia.

No habrá manipulación mediática capaz de sostener tanta falsedad.

Emm/1.4.16


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