Un análisis realizado por el INTI determinó que sólo el 4 por ciento de los bidigestores instalados en la Argentina está pensado para la generación de energía. El 40 por ciento de los equipos instalados no usa el biogás generado y la mayoría no cumple con los estándares de calidad y seguridad requeridos ¿Qué ventajas tendría el uso adecuado de esta tecnología?
Un relevamiento técnico realizado por el INTI en 16 provincias demostró que la mayoría de las plantas de biogás instaladas en la Argentina no están activas y que las que funcionan desaprovechan la energía producida.
Una medida de la poca relevancia que se les da a los biodigestores en el país es que el sector privado cuenta con el 53% de las plantas instaladas, pero sólo el 6% de esas instalaciones tiene fines energéticos. Ese porcentaje baja hasta el 4% en el promedio general.
Del 37% que pertenece al sector público, el 33% son pequeñas instalaciones que tienen fines educativos y en la mayoría de los casos analizados se verifica una falla importante tanto en la gestión como en el mantenimiento de las plantas.
El biogás es una energía alternativa que aprovecha los deshechos de procesos agrícolas e industriales, que forman la biomasa que alimenta los equipos y se reconvierte en gas. Es una de las formas pensadas para reemplazar la energía de los combustibles fósiles por un proceso que mejora el medio ambiente. Si bien ha tenido un desarrollo sostenido en las dos últimas décadas, todavía su utilidad plena está en una etapa inicial.