LOS ALMACENES DE CAMPO DEL MST: UN CAMINO DE PRODUCCIÓN POPULAR QUE BRASIL DEBE PRESERVAR

En Sao Pablo y Belo Horizonte, la organización del Movimiento de Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) comenzó en 2016 con la apertura de Almacenes de Campo en los que comercializa 500 productos de agricultores familiares, desde hortalizas a café y bebidas procesadas. La idea de la organización es multiplicar estos centros de abastecimiento para reforzar circuitos populares y de cadenas cortas que eliminen intermediarios. La llegada al poder de una fuerza política de ultraderecha con un proyecto económico neoliberal vuelve a poner a este movimiento en pie de lucha en un clima hostil, que recuerda los difíciles momentos de su surgimiento en la década de 1980.

“Este almacén es una especie de muestra de lo que hay de producción en los asentamientos del MST, y de los productos que hemos logrado agroindustrializar como: arroz, frijoles, jugos, lácteos; un espacio de venta y de divulgación de la producción sana, y principalmente un espacio para decirle a la sociedad que de ahora en adelante la lucha por la Reforma Agraria no es una cuestión de los Sin Tierra, es una causa del pueblo brasileño; queremos discutir con la sociedad qué tipo de alimentación la humanidad quiere consumir”, explicaba en junio de 2016  el dirigente del MST, Gilmar Mauro, en junio de 2016, en la inauguración del primer Almacén de Campo de esa organización.

Esos locales buscan acercar a un buen precio productos saludables y sin  explotación de los trabajadores. Desde la perspectiva del MST, la tierra es un bien común y por eso reclama una Reforma Agraria que distribuya las tierras improductivas. “Evidentemente el uso que el capital hace de los recursos naturales produce una cantidad grande de cosas, pero es un uso que tiene un impacto ambiental y social gravísimo y quizás irreversible para toda la sociedad; junto a esto tenemos que discutir también qué paradigmas tecnológicos y de producción queremos para el futuro: nosotros defendemos la agroecología como un paradigma de producción que garantiza calidad de producción de alimentos, calidad de vida y a la vez preservación ambiental»,señalaba Mauro.

Brasil es uno de los países en los que el uso indiscriminado de agrotóxicos ha generado más daño a la población. El modelo de agricultura familiar del MST, además de traer beneficios de los productos libres de venenos, puede auxiliar en la generación de empleo y renta, además de hacer más eficaz la distribución de alimentos.

Los productos de los Almacenes de Campo recorren cientos de kilómetros para llegar a los locales. A modo de ejemplo, la variedad de  arroces que comercializan son de una cooperativa del MST de más de 500 familias de Porto Alegre, que organizan todas las etapas, desde la plantación al desarrollo del embalaje y la venta. Ese grupo comenzó su organización en 1990 y hoy es la mayor cooperativa productora de arroz de Latinoamérica.

Los cuatro objetivos básicos de los Almacén del Campo son posibilitar el acceso de la sociedad a los frutos de la Reforma Agraria con la consecuente concientización de la lucha de los campesinos; lograr alianzas que fortalezcan a agricultores familiares, asentados y cooperativas; el tercero es ofrecer alimentos orgánicos y, por último, presentar la dimensión de la cultura que nace con la comida.

El triunfo de Jair Bolsonaro abre una incógnita sobre la posibilidad de multiplicar estas experiencias. Pero para el MST la lucha nunca ha sido fácil. Desde su aparición, el movimiento Sin Tierra sufrió el asesinato de más de 1.700 campesinos, entre ellos dirigentes como Cícero Guedes dos Santos, asesinado en 2013.


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