A mediados de la década de 1980, comenzaron a funcionar los primeros Cigales (Cigarras), clubes de inversionistas para la administración alternativa y local de ahorros. Esta modalidad de fondo común propone sostener financieramente a iniciativas cooperativas que no encuentran crédito para ponerse en marcha, acompañándolos también con un asesoramiento basado en la experiencia acumulada de los clubes y el apoyo de las redes que se fueron formando desde 1983. Cómo funciona esta experiencia que ya cuenta con 250 grupos en toda Francia.
Uno de los principales problemas para el desarrollo de una economía pensada por fuera del lucro es la forma de obtener la financiación suficiente como para poner en marcha proyectos que cubran necesidades sociales. En 1983, en París, surgió un grupo de activistas por una economía alternativa llamado ALDEA, que planteó la necesidad de darle un nuevo significado al uso del dinero y propuso crear herramientas financieras fuera de la lógica de lucro capitalista. Allí surgió el primer Club Cigale, encargado de seleccionar proyectos cooperativos que puedan ser financiados con dinero de ahorristas interesados en financiar producciones populares.
Desde entonces, los clubes Cigale se han expandido por toda Francia y actualmente suman 250 en las 12 regiones en las que tienen sede y han apoyado monetariamente a unos 3 mil cooperativistas a través de dos entidades especializadas en otorgar créditos comunitarios: la cooperativa financiera Garrigue y el grupo cooperativo Finansol.
La particularidad de este financiamiento social es que el dinero aportado por los ahorristas (divididos en “clubes” de 5 a 20 personas) puede ser utilizado sólo para aquellos individuos o grupos cuya idea empresaria esté vinculada con el desarrollo sostenible, el comercio justo, el desarrollo local o alguna necesidad comunitaria.
El apoyo económico se da en los primeros cinco años y en promedio la inversión para cada proyecto es de unos 2.600 euros. Los ahorros proporcionados permiten un retorno de la inversión del orden del 1%. Es una indivisión: todos acuerdan cumplir con la cuenta común, mensualmente o todos a la vez, con la cantidad que quieran, pero por un mínimo de cinco años. El interés central de quienes deciden aportar sus ahorros no es financiero, sino que buscan desarrollar el territorio en el que viven acompañando un proyecto local.
Para que los emprendimientos financiados tengan más posibilidades de éxito, los Cigales hacen un seguimiento que los ayuda no solo en el aspecto económico sino también en la organización y el desarrollo mediante los contactos que forman parte de la red de clubes en todo el país.
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