El impulso de la denominada economía social, popular y solidaria requiere hallar urgentes soluciones para la logística del transporte a los centros de comercialización, diseñar un plan integral de comunicación que ayude a ampliar el número de consumidores interesados y desarrollar estrategias para que los sectores populares también puedan acceder a los productos de la producción popular.
Estas son algunos de las principales puntos que destacaron las organizaciones sociales, los comercializadores y los grupos de consumidores en el Primer Encuentro de Economía Social y Solidaria, realizado el 6 y 7 de septiembre de 2016, cuyas conclusiones acaban de ser publicadas por el Centro Cultural de la Cooperación.
Los productores destacaron la necesidad de establecer normativas acordes a la escala de cada productor y lograr el apoyo del Estado para facilitar el transporte de las mercaderías. Las comercializadoras apuntaron como prioridades coordinar el diseño de una logística para hacer compras en conjunto y obtener espacios de almacenamiento. De parte de los consumidores hubo propuestas de ampliar el número de puntos de venta, promocionar el consumo solidario y revisar el rol del voluntariado en las organizaciones de consumidores. Finalmente, desde las instituciones participantes se analizó la necesidad de mejorar la comunicación de experiencias en marcha y realizar un mapeo de comercializadoras y circuitos de producción.
En esas jornadas, participaron 250 personas involucradas en la economía popular para debatir e identificar los puntos críticos y las posibles soluciones para el desarrollo del sector. Allí estuvo presente también el IPP. El encuentro fue convocado por un grupo de comercializadoras, CREAS, el INTA, la Universidad de Quilmes y el Centro Cultural de la Cooperación, que prestó sus instalaciones.