Durante la gestión del INTI en el período 2003- 2011, se intentó instalar algunas ideas nuevas en la política de ciencia y tecnología, que es posible que no hayan sido valoradas, ni por los propios actores, ni mucho menos por los analistas o los observadores. Una de ellas fue la solidaridad tecnológica. Planteado de manera simple, se sostuvo que Argentina, como país de desarrollo intermedio, puede ser una buena correa de transmisión tecnológica, tomando innovaciones de países más adelantados y a la vez transfiriendo otras a países de menor estructura, como es buena parte del territorio de Latino América. En ese camino se buscó acuerdos con países que tuvieran algo para entregar a la Argentina. Se hizo un esfuerzo importante con India y tibios intentos con Austria o España. No pudimos allí generar un modelo replicable.
Donde si avanzamos, y mucho, fue en la cooperación con países latinoamericanos. Con Uruguay, con el estado de Minas Geraes en Brasil, con Chile y sobre todo con Venezuela. Con este último país, aceptamos el desafío planteado por el Comandante Hugo Chávez, que mostró interés central en articular con INTI y con INTA.
Con INTI, Venezuela firmó varios convenios entre 2007 y 2011, que junto con lo acordado por ese país con INTA en el mismo período, constituyó la venta de servicios tecnológicos del ámbito público más importante de la historia argentina, por montos superiores a 70 Millones de dólares. El INTI llegó a asignar más de 50 técnicos en trabajos de territorio, con una representación permanente en la embajada Argentina. A eso, se agrega los pedidos de equipos y plantas llave en mano a decenas de empresas argentinas, desde galpones para pollos a plantas de procesamiento de hortalizas; mataderos frigoríficos, producción de motores, ensamblado de tractores y cosechadoras y muchas otras. Para todos fue un hecho nuevo y energizante, para los industriales, para los funcionarios y técnicos argentinos y para sus contrapartes venezolanas. En diciembre de 2011, dejé mi cargo y creí conveniente hacer un resumen reflexivo, crítico y autocrítico de esa solidaridad naciente, para proyectar una etapa posterior del trabajo entre los dos países. Por ello, envié a Hugo Chávez un documento, cuyo resumen se adjunta y que por primera vez se hace público, como aporte al crecimiento intelectual colectivo. Esa nota quedó sumergida en la vorágine de 2012 en el país hermano, cuando quedó en evidencia la grave enfermedad de su Presidente y su titánico esfuerzo personal por superar las elecciones de fin de año, cosa que logró, para lamentablemente fallecer poco después en marzo de 2013. Creo que puede ser muy útil mirar el material con vocación constructiva y de diseño de escenarios a futuro, en cualquier relación bilateral. He preferido mantener el estilo coloquial original, que señala la excelente conexión que pudimos alcanzar con tan relevante estadista continental. Surge con claridad, la inmensa posibilidad de crecimiento conjunto y complementación técnica que estaba al alcance, a partir de corregir los errores de la etapa de aprendizaje y perseverar en el esfuerzo.
Se admite, en todo caso, un pequeño dejo nostálgico, de pensar lo que pudo ser, si allá no se hubieran sumergido en tan profunda crisis y acá hubiéramos mantenido alto interés en la solidaridad tecnológica, cosa que no sucedió.
La Carta UN HUMILDE APORTE A LA REVOLUCIÓN BOLIVARIANA
De: Enrique M. Martínez A: Hugo Chávez Frías
Querido Comandante: Es inminente la culminación de mi trámite jubilatorio y luego de 9 años de gestión al frente del INTI me parece sano recuperar el uso libre de mi tiempo, para poder aportar mejores ideas a la solución de los problemas de pobreza e injusticia social en Argentina y en nuestro continente. He tenido el inmenso honor que usted me distinguiera con su trato tan diferente al de cualquier gobernante que haya conocido en mi vida. Estos 5 años de vinculación he tratado de honrar ese gesto y como resultado del esfuerzo, me permito usar unos minutos de su tiempo para transmitirle mi balance de la gestión de cooperación.
Instalación de nuevas plantas
Su gobierno ha apelado básicamente a dos modalidades: a) Planta llave en mano b) Administración directa, con asistencia técnica de algún equipo externo, como el caso del INTI.
La primera situación es, según creo, la de la mayoría de las plantas instaladas por convenios con China. …………. Como aspecto positivo … se destaca que la planta realmente se instala en un plazo similar al comprometido.
La segunda situación la conozco bien porque es la que se da en toda la relación del INTI con Corpivensa. Allí las debilidades han sido: . Baja formación de los técnicos locales a los que se asignó responsabilidades de importancia, especialmente en el diseño de las obras civiles. . Enorme tendencia a considerar invasora la presencia de los asesores externos, que obligó a modificar 4 veces el contrato buscando aumentar las responsabilidades del INTI, para poder involucrarse más. . En el límite se designó al INTI gerente de proyecto para las plantas que se hubieran de iniciar a partir de 2010, con provisión argentina. Usted mismo participó de la redacción final, que le dio amplias facultades al INTI. Sin embargo, frente al comienzo de esta etapa, toda la línea desconoce una y otra vez los términos del contrato, lo cual no permite que el INTI se haga cargo de la gerencia. La falta de disciplina política y técnica de los cuadros medios me lleva a señalar que creo imposible ejecutar de manera mínimamente eficiente un proyecto en los términos planteados. …. A mi juicio ninguno de los dos caminos elegidos hasta hoy permite llegar a una situación aceptable.
El camino correcto
. Creo necesario adoptar como procedimiento general que las plantas llave en mano deben ser entregadas “producto en mano”, esto es: con personal gerencial y técnico capacitado; con el sistema informático de gestión diseñado y probado; con un mínimo de 6 meses de acompañamiento a la operación plena de la planta; con el abastecimiento de materia prima y la distribución del producto final, ambos asegurados y organizados. Los contratos con China, Irán, Rusia o Brasil deberían a mi juicio tomar esta modalidad. . Cuando por el interés político y/o técnico de Venezuela se quiera contratar una planta producto en mano con una empresa de un país como la Argentina, que no ofrece financiación, – aunque probablemente esté en condiciones de otorgarla – o cuyas empresas no tienen experiencia en trabajar con modalidad de provisión llave en mano, el problema se complica. A mi criterio, Comandante, el tema debería ser planteado expresamente de gobierno a gobierno, como cuestión política, señalando que si Argentina no puede armar grupos que combinen empresas proveedoras de equipos y tecnología, con empresas constructoras o que se hagan ellas responsables de subcontratar constructoras venezolanas y un organismo como el INTI o el INTA que a la vez complete los vacíos de oferta empresaria y supervise toda la operación, Venezuela deberá seguir optando por las ofertas de otros países, aunque probablemente en algunos casos le resulten más caras. En otras palabras, el problema debería ser considerado como un déficit a cubrir por Argentina. Si mi país pudiera armar esquemas similares a los que hoy ofrecen China o Irán, en tal caso Corpivensa o el organismo estatal que sea, debería hacer el contrato producto en mano y luego limitarse a supervisar el proceso de construcción e instalación, recibir la planta funcionando, con el personal capacitado. Por este camino, a partir de recibir la planta estaría en perfectas condiciones de operarla, mejorarla, hacer rediseños, etcétera.
El modo de trabajo actual, … debería ser abandonado.
Operación de plantas existentes
En cuanto a la operación de las plantas, otra vez aparecen dos escenarios: a) Empresas enteramente de propiedad del Estado venezolano. b) Empresas mixtas, donde los socios participan de la gerenciación.
El INTI lleva más de dos años asistiendo a CVAL en situaciones del primer caso, pero lo que sigue lo extiendo a ambos escenarios. Ya hemos trabajado con más de 20 UPSA de 7 ramas de productos alimenticios distintos. Nuestro aprendizaje aquí es: a) La necesidad de asistencia en tecnologías de gestión es muy grande. b) Las dificultades a superar exceden largamente los problemas técnicos de cada planta. Abarcan también la deficiente normativa para el uso de recursos, que impide comprar repuestos o pagar transportes en tiempo y forma. Sobre todo, abarcan también las desinteligencias con otros ámbitos del Estado, que son los que deben tomar la mercadería producida y distribuirla. c) Es necesaria una política clara de relación con los productores agropecuarios, que hoy es confusa.
Como se ve, se trata de cuestiones técnicas y también muy importantes cuestiones de política social y de administración del Estado. Éstas no pueden ser resueltas con asistencia de empresas privadas, ni de Venezuela ni del exterior. Solo pueden resolverse con asistencias como las que está brindando el INTI, aunque es necesario que las mismas no tengan restricciones ni reservas políticas de ninguna naturaleza. … Por la información que he recibido Argentina tiene una disposición para este tipo de tarea, a través del INTI o del INTA, que resulta superior a la que se obtiene en otros países, incluso por el hecho que el idioma facilita los intensos contactos personales que se requieren. Complementariamente, esta actividad debe servir para armar los planes de integración progresiva para las plantas de ensamblado que Venezuela está instalando. En estas plantas, a mi criterio, se necesitan programas bien fundamentados, caso por caso, que sirvan para la promoción de proveedores locales, tanto públicos como privados, que tal vez no sea lo que más entusiasme a los socios de las empresas mixtas y que por lo tanto deberían ser realizados contando con una asistencia externa.
La propuesta inmediata
Parece posible incorporar la asistencia a empresas en marcha como un capítulo de mayor peso en la cooperación entre Venezuela y Argentina, que tal vez incluso compense en parte el hecho que – reitero – Venezuela debe pedir a Argentina un cambio de mirada para ser aceptado como proveedor de plantas producto en mano. Me animo a creer que con el debido análisis, se podrá armar un esquema de asistencia en gestión, que se puede extender en círculos concéntricos a otros países, empezando por el ALBA, para convertir al programa en un referente que ayude a operar adecuadamente las plantas de propiedad social o pública o cooperativas en toda la región. Sería algo así como LA MISIÓN GESTIÓN.
La mirada estratégica y abarcadora
Además de los problemas en la instalación de plantas o en su gestión, Comandante, está el problema de superposición de esfuerzos y falta de un mapa o plan general estratégico de producción de bienes, con su debida fundamentación. ……… En este sentido, Comandante, quiero que sepa que estamos en condiciones de realizar en unos 8 meses el plan estratégico de producción y abastecimiento de alimentos en Venezuela, con un equipo de unas 15 personas en que habría argentinos y venezolanos, cuyos líderes ya he seleccionado. Este trabajo, que creo que debería ser implementado en el ámbito del Ministerio de Planificación y Finanzas, la experiencia me indica que solo puede ser ordenado por usted. Las conclusiones de esa tarea no deberían limitarse a fijar metas de producción, tamaño y localización de plantas. También deberían encarar todos y cada uno de los problemas estructurales de gestión que hoy provocan sobrantes de un producto, que faltan en otro lugar o falta de producción cuando ella es posible. Siento la obligación de aclararle que este ofrecimiento es en función de servicio, con la intención de devolverle a usted y a Venezuela, con un producto concreto, el afecto y la consideración recibidas. …………………………………… No le tomo más tiempo. Espero que siga fuerte y activo como lo vi en su deslumbrante conducción de la reunión fundacional de la CELAC. Un abrazo militante
Enrique M. Martínez 7 de diciembre de 2011