Para qué Vicentín

La intervención y casi segura futura expropiación de Vicentín se fundamenta en la necesidad de salvar la empresa, en convocatoria de acreedores luego de un periplo que deja dudas serias sobre la vocación de recuperarla y la dejó a disposición de predadores dispuestos a comprar algo valioso sin dinero.

Es mucho el dinero a invertir. Es prácticamente seguro, sin embargo, que con una administración cuidada esa inversión se puede recuperar con serenidad.

¿Por qué un gobierno tomaría esta decisión?

Ante todo, para preservar la continuidad de trabajo para varios miles de personas.

No es para hacer un negocio, con la cantidad de asignaturas pendientes en la Argentina. Tampoco es para asegurar el ingreso de divisas, que la 10ma. exportadora del país no modificaría. Ese aspecto debe ser regulado por normas generales, controlables de manera tesonera y eficaz.

Aparece, para el discurso político, la soberanía alimenticia. Una de las tres banderas del peronismo histórico es la soberanía política, identificando así la capacidad nacional de tomar decisiones de manera autónoma. La soberanía alimenticia, por extensión del concepto al siglo 21, significa la capacidad de decisión en una actividad extranjerizada, desde las semillas, hasta la exportación o buena parte de la comercialización minorista de alimentos y una parte relevante de la industria del sector.

Controlar y administrar Vicentín no cambia ni en forma cualitativa ni cuantitativa esa situación. Es apenas mejorar la capacidad de entender y describir una cantidad de problemas desde adentro. Eso es lo que puede hacer una empresa testigo.

Los precios administrados en la exportación, los manejos de semilleros monopólicos, la triangulación de ventas y de compras externas y varios tortuosos senderos adicionales se pueden conocer como solo lo entiende quien se enfrenta a la posibilidad de recorrerlos y ayudar de tal modo a corregir escenarios nocivos y habituales en el sector.

A mi criterio, tampoco justifica eso la expropiación o al menos, no la convierte en un hecho histórico. Ese calificativo se ganará si la gestión futura de Vicentín aprovecha la oportunidad para demostrar:

  1. Se puede producir granos y oleaginosas con rentabilidad, sin considerar los precios internacionales, culminando en harinas y aceites mucho más baratos que en la actualidad. Eso lo puede conseguir una empresa pública que no razone como un negociante, sino como un capitalista social, que se asocie en red a industrias transformadoras que se limiten a comprar materia prima más barata y vender su producto con la misma tasa de ganancia que hoy, o sea más barato.
  2. Simultáneamente se puede producir para exportar, con los precios de venta de ese ámbito y se puede utilizar la red de comercialización de Vicentín para agregar todo tipo de alimentos, en una corporación nacional no compulsiva, pero seductora, que exporte junto a los granos, harinas y aceites, yerba, arroz, frutas y verduras, carnes de animales mayores y menores, de productores de todo tamaño.

Una empresa importante como Vicentín, más allá de su participación actual en el mercado, tiene la envergadura para encarar la producción para mercado interno con otros criterios que en la exportación y a la vez abrir canales de venta para centenares de productores cuya dimensión los deja fuera de esa posibilidad.

No se como se llamaría esa situación. Tiene componentes de aumento de la soberanía alimenticia; también de independencia económica; también de justicia social. Sorpresa: sería una digna política peronista y popular, sin lastimar a nadie, más que a los especuladores.

Enrique M. Martínez

Instituto para la Producción Popular (IPP)

9.6.20

Comentarios

  • cristina nagy

    Hago fervientes votos para que los hados estén del lado justo y no descarrile esta colosal movida.


  • Claudio alejandro Paz

    La verdad que vengo siguiendo tus ideas. La gran mayoría me parecen acertadas. Sería bueno que puedas tener contacto con funcionarios del estado para potenciar a los productores cooperativistas. Creo que por ahí va a venir una mayor distribución de la riqueza. Generando más diversidad de oferta. Que los productores y los consumidores no tengan intermediarios. Sería fundamental que el estado los apoye para poder desarrollarse y genere el ámbito propicio para vender sus productos. Cómo mercados concentradores o ferias diversas.


  • Hoty

    E MARTINEZ, A MIS 75 AÑOS, DEBE SER EL MEJOR HOMBRE POLITICO ARGENTINO, SI CABE ESA DENOMINACIÓN.


  • luiskon

    LOS TIEMPOS DE VICENTIN – LUIS KON – 10-6-2020 -.Facebook

    La decisión de expropiar una empresa concursada, cuyo principal acreedor es el Estado pero que también afecta con su insolvencia a miles de trabajadores, pequeños productores y proveedores, suena como ampliamente justificable.
    Más aun si se vincula al mercado agroalimentario, articulado por una corporación oligopólica que podría aumentar la participación de empresas multinacionales en ese espacio, comprando a precios de remate un emprendimiento en quiebra.
    No puede aceptarse que estos grupos se aprovechen del Estado para recibir préstamos y subsidios que destinen a especulaciones privadas y luego impugnen su intervención cuando lo que se pretende es resguardar los intereses de la comunidad, condenando el comportamiento fraudulento de empresarios que no se merecen ningún tipo de protección.
    En Europa los hubieran parado mucho antes y hoy cuando el Estado interviene en empresas con decisiones que aquí se atacarían como prosoviéticas, la sociedad legitima con su respaldo la razonabilidad de cambiar asistencia crediticia por participaciones accionarias. Es lo que hace la Comunidad Economica Europea.

    Hasta aquí, lo que ha hecho el gobierno es inobjetable y si el propósito es influir en la formación de precios en la canasta alimentaria, más elogiable aún.

    Una sola duda queda y es si el tiempo político, contemplando los bolsones conservadores y regresivos que contiene la sociedad argentina y sus poderosos aliados mediáticos, es el adecuado.

    Todavía la pandemia, la cuarentena y el acertado manejo que ha hecho el gobierno de esa cuestión, sigue siendo una cuestión prioritaria, donde continua gozando de un amplísimo respaldo.
    Ponerlo en juego, ingresando en un terreno donde militan los mismos sectores que en el 2008, desataron la llamada crisis del campo y estructuraron una política destituyente de la cual fue muy difícil salir y que algún resto conserva hasta hoy, quizás no haya sido una buena elección del momento para arrancar con esto.

    De cualquier forma, para muchos este es nuestro gobierno y si se pegó un volantazo cuando la ruta no estaba tan despejada, lo que corresponde es respaldarlo.
    Con solo registrar quien está al frente de los ataques y quien del lado de los apoyos, suficiente.



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